La obra del arquitecto de origen italiano Francisco Salamone, sobre la cual se centra este trabajo, fue desarrollada entre 1936 y 1940 en cerca de veinticinco pueblos y ciudades de la provincia de Buenos Aires, y cumplió con el programa del gobierno conservador de Manuel Fresco de construir en diversas localidades de su jurisdicción mataderos, cementerios y municipalidades, básicamente.

Mi interés por el tema nació en 1997, cuando Tom y Ed Shaw presentaron una exposición en este mismo centro cultural. Fascinado por las implicancias simbólicas de ese programa edilicio -símbolos que penetran en el terreno político, histórico, literario y, en general, ideológico- me decidí a explorar fotográficamente esta arquitectura.

La obra de Salamone es una expresión monumental y de fabulosa creatividad de un estilo en el que se funden el art déco y el racionalismo.
Desde mi perspectiva, su labor como arquitecto oficial manifiesta, visto desde la actualidad, el fracaso una utopía de país. Si bien la gestión de Fresco fue muy exitosa, detrás de su ambicioso programa urbanístico se puso en evidencia, una vez más, el fracaso del proyecto de una Argentina agroganadera rica y poderosa. Y el fracaso abre la grieta entre la ficción en la que todavía creemos y la realidad que no nos decidimos a aceptar.